Cómo preparar el mejor pollo al horno: una guía completa

Preparar un pollo al horno perfecto es un arte que combina técnica, sabor y presentación. El proceso, aunque laborioso, merece con creces la pena, ya que el resultado nos ofrece una piel crujiente por fuera y una carne jugosa por dentro, con una mezcla de los sabores propios del pollo con los del adobo que más nos guste.

En este artículo, te ofrecemos una guía completa para que aprendas a preparar el mejor pollo al horno, desde su selección y preparación antes del cocinado, hasta las pautas para el asado en el horno y su presentación. ¡Manos a la obra!

Selecciona y prepara el pollo antes del cocinado

Comienza por elegir el pollo adecuado. Una pieza de entre 1,2 y 1,4 kg es ideal, ya que su tamaño permite una cocción más uniforme. Los pollos amarillos, frente a los de carne blanca, son especialmente recomendables por su mayor contenido de grasa, lo que garantiza una mayor jugosidad y una piel más crujiente. 

Una vez seleccionado, evita lavarlo bajo el agua. Aunque pueda parecer una práctica higiénica, en realidad puede propagar bacterias. En su lugar, límpialo con papel de cocina.

Si tu pollo está congelado, recuerda descongelarlo en la nevera y no en la encimera, para evitar el crecimiento de bacterias en la superficie, mientras el interior sigue congelado. Eso sí, antes de cocinar, deja reposar el pollo a temperatura ambiente durante unos 15 minutos. Esto garantiza que toda la pieza pueda adquirir una temperatura interior más homogénea y se cocine de manera más uniforme.

Una técnica menos conocida, pero igualmente importante, es el trussing o atar el pollo. Atar las patas, cubriendo el hueco de la carcasa, evita que las alas y muslos se quemen. Además, previene que la cavidad se llene de aire caliente, protegiendo la pechuga de resecarse.

Cuando se trata de adobos y sazonadores, la creatividad es tu aliada. Si bien la combinación de aceite de oliva, sal y pimienta nunca falla, explorar con adobos como mostaza y miel, curry, ajo y romero, o limón y mantequilla puede elevar tu plato a otro nivel. Si quieres inspirarte, no dudes en consultar nuestro artículo sobre las mejores salsas y aderezos para el pollo.

Es importante marinar toda la pieza, por fuera y también por dentro, adecuadamente, ya sea por unas pocas horas en el frigorífico o al menos durante 20-30 minutos si estás apurado.

 

Los secretos del horneado para tu pollo

La temperatura del horno es otro factor clave. Precalienta tu horno a 200 °C. Cuando alcance la temperatura, introduce el pollo a altura media, con calor arriba y abajo y la circulación de aire activada

Como truco adicional, puedes frotar tu pollo con un poco de agua o aceite justo antes de meterlo al horno, lo que le ayudará a retener la humedad y evitará que se reseque durante el cocinado.

Después de la primera media hora, reduce la temperatura a 180 °C. Así lograrás que el pollo se cocine bien sin perder su jugosidad. Recuerda que el tiempo de cocción varía dependiendo del tamaño del pollo. 

Como regla general, calcula que necesitarás unos 30 minutos por cada 500 gramos de pollo, pero la forma más fiable de asegurarse de que se ha cocinado por completo y es seguro para consumir es usar un termómetro de cocina. Insértalo en la parte más gruesa del pollo, sin llegar a tocar el hueso: si ha alcanzado los 72-75 °C, ¡ya está listo!

Para lograr una piel crujiente sin sacrificar la jugosidad de la carne, cubre el pollo con papel de aluminio si se dora demasiado rápido. Si, por el contrario, la piel no está lo suficientemente tostada hacia el final del horneado, incrementa la temperatura significativamente en los últimos diez minutos. 

 

El momento de servir tu pollo asado

Una vez fuera del horno, es esencial dejar reposar el pollo por lo menos 10 minutos antes de trincharlo y servirlo. También puedes sacar el pollo entero a la mesa, para que tus comensales disfruten de su fantástico aspecto, y cortarlo ahí mismo.

Finalmente, piensa en las guarniciones. Las patatas y cebolla asadas en el mismo horno son una opción excelente, ya que se impregnan de los jugos y aromas del pollo. Además, una ensalada fresca y crujiente puede añadir un contrapunto perfecto al plato.

Con estos consejos, no solo podrás preparar un delicioso pollo al horno, sino que también disfrutarás del proceso creativo que conlleva. Cada paso, desde la selección hasta la presentación, es una oportunidad para expresar tu amor por la cocina. ¡Disfruta del exquisito plato que obtendrás!